GRANDES DIRECTORES | El cine y sus maestros
Los cuervos en Los sueños de Akira Kurosawa
Los sueños de Akira Kurosawa es la última y, probablemente, la más madura creación del director japonés. La película está estructurada en forma de ocho relatos basados en los sueños más significativos que había tenido a lo largo de su vida el realizador japonés. A lo largo de estos ocho capítulos o, si se quiere, cortometrajes, se abordan muchos de los temas que habían estado presentes en las obras anteriores del cineasta. Los sueños es pues una película profundamente humanista y reflexiva sobre muchos temas que preocupaban al ya anciano Kurosawa. Pero a parte de toda la filosofía existencialista que subyace a lo largo del film, éste será recordado siempre como una espectacular lección de estética fílmica en la que Kurosawa vuelve a demostrar sus aptitudes como director y sobretodo sus excepcionales cualidades para llevar a la pantalla los conocimientos que había aprendido de otras materias, en particular y de manera especial, de su experiencia como pintor.
Dada la extraordinaria importancia que el la pintura tiene en la concepción del cine de Kurosawa, no era de extrañar que el director le dedicase a este tema uno de los relatos expuestos en Los sueños, titulado "Los cuervos". Nosotras hemos escogido este fragmento por su extraordinaria calidad como documento que vincula de manera explícita el ámbito pictórico con el cinematográfico, y por su inmenso valor estético.
Este capítulo está dedicado a uno de los pintores que más influyeron y agradaron a Kurosawa desde su infancia: el postimpresionista Vincent Van Gogh. Un hombre observa en una galería de arte los cuadros del pintor, hasta el extremo de verse introducido literalmente a través del cuadro "Pont de l'Anglois a Arlès" en el universo real de la vida del artista, a quien conoce mientras el pintor (interpretado por el mismísimo Martin Scorsese) se encuentra pintando en un campo de trigo su famoso cuadro "Los cuervos". Realidad y ficción se entrecruzan en la que es la visión onírica más espectacular de toda la filmografía del japonés (hay que recordar a este respecto que los efectos especiales de la película fueron creados por la ILM de Georges Lucas). Sin duda uno de los fragmentos más bellos y mejor logrados del genio japonés. ¡A disfrutar de él!